Una vez que ya sabemos que son unas tablas de valores, ahora es el momento de animarnos a llevarlas, para ello os daremos unas nociones mínimas y suficientes para que podaís hacerlo de una manera sencilla.
En primer lugar y como ya os habíamos comentado debemos referirnos como base fundamental de las mismas al handicap y a sus condicionantes fundamentales.
Los handicapers en función del resultado obtenidos por cada caballo en la competición determinan un valor para cada caballo. Es pues que la reunión de todos ellos es el handicap oficial. Es pues que, sin más complicaciones y evitando comienzos más trabajosos, haremos que este handicap oficial sea el primer punto de apoyo en el que sustentaremos, con lógica practicidad, los primeros valores de nuestras tablas.
En todo caso, y antes de empezar a confeccionar nuestras tablas a partir de ese punto de inicio hemos de ser conscientes de algunos extremos:
.- Aunque, como ya sabemos, el valor de un caballo no es fijo y va cambiando según el particular estado de forma en el que se encuentre a lo largo de la temporada, hemos de ser conscientes que para que unas tablas de valores estén "bien hechas" entre el valor máximo y el mínimo que concedamos no puede haber una gran diferencia.
.- En un primer momento y antes de ser capaces de poder valorar otros matices diremos que el punto fundamental que hemos de tener en cuenta para calcular las variaciones del valor de un caballo, que corra con habitualidad, será su posición en una carrera, claro está, siempre que ésta se haya disputado "hasta el final". Es decir, sólo podremos tener en cuenta para valorar un caballo las carreras en las que éste haya exprimido sus posibilidades de colocación o victoria.
Ejemplo 1. De valoración. Faltando doscientos metros para la meta el caballo, estando décimo en el pelotón, sigue siendo fuertemente exigido ante la posibilidad de alcanzar un cuarto premio para finalmente alcanzar un octavo puesto.
Ejemplo 2. De no valoración. Faltando doscientos metros para la meta el caballo, estando décimo en el pelotón, deja de ser exigido pues el jinete considera que no va a colocarse acabando finalmente en el puesto catorce.
.- El valor "real" del caballo será el valor que más se acerque al máximo que haya alcanzado en la competición, considerando que éste se alcanzó en unas condiciones de normalidad de jinete y pista. Esto es, el máximo rendimiento del caballo alcanzado en una pista sin condicionantes especiales ( pista pesada, blanda o, en su caso, dependiendo de las aptitudes del caballo si es de arena o hierba, si la pista es abierta o cerrada en las curvas, etc...) y con un jinete con unas cualidades normales; ni demasiado "bueno" ni "malo".
.- Los condicionantes específicos de cada carrera alterarán el valor que consideramos real y son los que determinarán, a priori, las verdaderas posibilidades de victoria de un caballo en la carrera. En todo caso, siempre que el caballo corra con habitualidad y sin dejar de tener en cuenta su "valor real", el valor con el que empezaremos a trabajar será el obtenido por el mismo en la última carrera que haya disputado con normalidad.
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